Carta del Obispo Auxiliar electo de San Cristóbal al Presbiterio

A mis hermanos en el Sacerdocio Salud y paz en el Señor

 

Reciban un gran saludo fraternal y mis votos en la Oración por el éxito de la vida Sacerdotal de cada uno. Ya pronto a mi Ordenación Episcopal me dirijo a ustedes, hermanos sacerdotes, con quienes he tenido el privilegio de compartir  el don del sacerdocio, que sin mérito alguno Dios nos ha dado; para manifestarle mi aprecio, cercanía, amistad, fraternidad y gratitud a todo el presbiterio de esta amada Diócesis de San Cristóbal, quienes a lo largo de mi vida me han ayudado para perseverar en la llamada que Dios me ha hecho: Consagrar la vida a través del Sacerdocio Ministerial.

Hoy recuerdo y doy gracias a Dios por todos los sacerdotes que me dieron los Sacramentos; desde el bautismo, Primera Comunión, Confirmación y Orden Sacerdotal hasta formarme en la fe y posteriormente en el Seminario Santo Tomás de Aquino: recinto de mis grandes sueños; para configurarme a Cristo Buen Pastor. Son ustedes queridos hermanos en el Sacerdocio, el punto de referencia y ejemplo a seguir en mi vida, además de los hombres y mujeres de alma grande corazón grande y buena voluntad que me animan a seguir amando a Dios en todo momento.

En estos momentos de mi vida ha querido Dios, a través de la Iglesia, pedirme la misión de ser Obispo. Misión que comenzaré con la ayuda de Dios en esta querida Diócesis de San Cristóbal.  Estoy convencido que no será fácil, pero con la ayuda de Dios, La Virgen, Los Santos, Mons. Mario Moronta nuestro Obispo, ustedes hermanos Sacerdotes y el pueblo de Dios que peregrina en esta hermosa tierra de gracia y de bendición podré llevar adelante la tarea que la Iglesia me pide.

Al aproximarse el día de mi ordenación Episcopal, miro al corazón y buena voluntad de ustedes, para que me acompañen en este camino que voy a emprender. Una compañía que se haga realidad en la fraternidad, amistad y cercanía a través de la oración en los diversos momentos celebrativos de la Liturgia de la Iglesia. Estoy dispuesto a darlo todo por la construcción del Reino de Dios; pero sé que sólo no lo podré. Con la Ayuda de Dios, La Virgen, Los Santos y ustedes muy queridos sacerdotes unidos a nuestro Pastor Mons. Mario Moronta, podré recorrer el Camino que ahora me toca peregrinar.

El próximo 12 de Diciembre fiesta de Nuestra Madre La Virgen María, bajo la advocación de Nuestra Señora de Guadalupe, será mi ordenación Episcopal de manos de Mons. Mario Moronta, nuestro querido y apreciado Pastor de esta Diócesis de San Cristóbal. Quiero, junto a nuestro Obispo y mi familia invitarlos a este momento de gracia y bendición, para que todos juntos compartamos el regalo que Dios nos da, ya punto a celebrar los 100 años de nuestra amada Diócesis. El regalo más hermoso que quiero recibir ese día, además del Orden Episcopal y la oración de ustedes, es su presencia; ya que mi vocación nace precisamente fruto del trabajo, el sacrificio y la perseverancia de los sacerdotes en las diferentes misiones que Dios les ha colocado a lo largo de la vida. He conocido en cada uno, a grandes hombres de Dios que con amor y dedicación lo han dado todo siendo instrumentos del Señor en proclamar y hacer realidad el Evangelio.

Hoy más que nunca mis palabras son de gratitud muy sincera a todos ustedes hermanos sacerdotes, quienes en medio de tantas limitaciones y dificultades siguen siendo instrumentos del Señor: siendo luz para el pueblo de Dios, que les ha sido confiado dando lo mejor de sí y gastando su vida por amor a Él, recibiendo a las personas que Dios le envía, y al mismo tiempo les confía.

Quiero terminar esta carta con las palabras de San Juan Pablo II a los Sacerdotes en la Exhortación Apostólica Pastores Davo Vobis: “No sedan al desaliento ni al desánimo, sean valientes que el que los llamó a esta misión es Dios y Él nunca los dejará solos”. Que el Dios del amor y la Misericordia los bendiga y acompañe siempre y que la Virgen María Madre del Verbo Encarnado los cubra con su manto maternal.  Dios es Amor.

 

En San Cristóbal, a los 8 días del mes de Diciembre de 2020.

 

Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María

 

Con mi fraterno saludo y el recuerdo en la oración.

 

+Juan Alberto Ayala Ramírez

Obispo Auxiliar Electo

Diócesis de San Cristóbal

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