SALUTACION EN NOMBRE DE LA DIOCESIS DE SAN CRISTOBAL EN LOS CIEN AÑOS DE CREACION DEL VICARIATO APOSTOLICO DE CARONI

NOS COMPLACE sobremanera que al inicio de esta celebración del primer centenario del VICARIATO APOSTOLICO  de CARONÍ haya comenzado con la entronización de Nuestra Señora de la Consolación. La reconocemos como MARIA DEL TÁCHIRA, pero a partir de hoy propongo que la llamemos también, aquí en Santa Elena y allá en Táchira, como MARIA DEL TÁCHIRA Y DE LA GRAN SABANA

DAMOS GRACIAS A DIOS por sus maravillas. Su mano amorosa ha creado esta Gran Sabana, bordada con ríos y tepuyes,  engalanada por el azul de su cielo y el agua oscura del Caroní, tejida en el verde de sus campos. Aquí nace el cielo que cobija toda Venezuela. El canto de sus habitantes susurra los oídos del Dios de la Vida. En esta hermosa tierra, con la ayuda inicial de los Frailes Capuchinos y de tantos religiosos y laicos misioneros se hizo la siembra del Evangelio, a la vez que se plantó la Iglesia. Hoy, los herederos de esta siembra y plantación han hecho crecer el fruto de la Misión. Las comunidades extendidas por este inmenso territorio hablan precisamente de la herencia recibida.

NUESTRA DIÓCESIS DE SAN CRISTOBAL ha experimentado el pasado año otra manifestación de la gracia del Dios Uno y Trino. Por feliz decisión del PAPA FRANCISCO, se ha concedido el Ius Commissionis para atender, apoyar y colaborar con el VICARIATO APOSTOLICO DE CARONÍ en la edificación del reino de Dios y el anuncio de la Palabra liberadora del Señor Jesús. Con la fuerza de su Espíritu, hemos atendido al llamado de la Iglesia. No comenzamos desde cero. El grandísimo trabajo de los Frailes Capuchinos y de todos los Católicos de Caroní nos permiten seguir transitando los caminos abiertos por las sandalias de los misioneros y enriquecido por la acción de las comunidades que hacen sentir el amor de Dios en y desde estas tierras.

CON LA SENCILLEZ nacida en los montes andinos, queremos dar gracias al Buen Dios que nos permite hermanarnos con la cultura pemón. Desde el sitio donde nos unimos con Colombia tenemos la tarea de construir un gran puente de amor y fraternidad con esta tierra donde también comienza Venezuela y ella se une a Brasil.

DAMOS GRACIAS A LOS FRAILES CAPUCHINOS. No sólo vinieron a evangelizar, sino que lo hicieron inculturándose en el pueblo que habita en la Gran Sabana. Damos gracias a las religiosas y laicos misioneros, amén de muchos sacerdotes, que han regado la siembra del Evangelio con sus oraciones, testimonio  y actividades pastorales.

DAMOS GRACIAS A LA GRAN FAMILIA PEMÓN. Hemos podido aprender en estos días como Ustedes son hermanos, llenos de alegría e ilusión y con un corazón abierto para acoger y enseñar: enseñan con su testimonio cómo se enciende la luz de la Palabra y acogen sin condiciones al hermano que viene a compartir su fe y su experiencia de vida cristiana.

DAMOS GRACIAS A DON MARIO ANTONIO DA SILVA, hasta ahora Obispo de Boa Vista en Roraima-Brasil, así como los sacerdotes, seminaristas y laicos que viene a colaborar con dedicación y generosidad con el Vicariato. Es manifestación de que la Iglesia es Madre de todos y no tiene fronteras, como nos enseña Papa Francisco

{Agradeco a Dom Mário ANTÔNIO DA SILVA, até agora Bispo de BOA VISTA de Roraima, assim como os Sacerdotes, seminaristas, e leigos que vieram colaborar com dedicação e generosidade com o Vicariato. E a manifestação de que a Igreja é Mãe de todos e não tem fronteiras, como nos ensina o Papa Francisco}

EN NOMBRE DE LA DIÓCESIS DE SAN CRISTÓBAL, quiero transmitirles la seguridad de nuestra fraterna ayuda. Dos confines de la patria venezolana se unen para mostrar que nos une el mismo Señor, en el único pueblo de Dios y con el único Bautismo. Llevaré sus esperanzas para compartirlas con nuestros condiocesanos, sacerdotes, laicos y religiosas. Más aún, sus esperanzas, sus gozos y dificultades también serán nuestras. Nos une el amor de Cristo y nos acobija la maternal protección de María, Madre de la Iglesia.

CUENTEN CON NOSOTROS. Los seguiremos viendo como nuestros hermanos y sabemos que, a pesar de la distancia que nos pueda separar, hay algo que nos une de verdad verdad: la mesa eucarística donde nos encontramos con la Palabra y el Cordero de Dios que nos da la liberación y la fraterna comunión. Dios les bendiga. Queremos ser para Ustedes también una bendición de Dios, pues sabemos que Ustedes también son para nosotros una bendición del Dios Padre, Hijo y Espíritu santo, a quien damos honor y gloria por los siglos de los siglos. AMEN.

+MARIO MORONTA R., OBISPO DE SAN CRISTOBAL

5 DE MARZO 2022.

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