Ordenaron a un nuevo Presbítero y un Diácono para la Iglesia Local de San Cristóbal

El viernes 28 de julio en horas de la mañana en la parroquia La Ascensión del Señor, ubicada en Sabana Grande del municipio Jauregui ordenaron a Johan Chivata como presbítero y a Nery Sepúlveda como diácono ambos al servicio de la Iglesia Católica, por imposición de manos y oración consecratoria de Mons. Juan Alberto Ayala, Obispo auxiliar de la Diócesis de San Cristóbal.

En la ceremonia estuvieron presentes sacerdotes miembros del presbiterio diocesano, seminaristas del Santo Tomás de Aquino y un gran número de feligreses venidos desde las diferentes comunidades eclesiales en las que Nery y Johan realizan su trabajo pastoral, asimismo, familiares y amigos.

“Quien recibe el sacramento del Orden hace real y viva la presencia de Jesucristo de una manera particular: ejerciendo las funciones propias del sacerdote de la nueva alianza; es decir, siendo maestro/profeta; pastor/guía/ y santificador”. Reza la homilía de Mons. Mario Moronta leída por el Obispo auxiliar en esta ordenación.

Para ello, “Nery, junto con la gracia del Espíritu, cuenta con su experiencia de disponibilidad alegre y su generosidad sin trabas. Estas cualidades humanas que posee le permitirán ejercer su ministerio sin temores ni excusas”.

Acerca de Johan comentó Mons. Moronta “Ahora se convierte en ícono viviente del Sacerdote por excelencia, a quien no sólo re-presentará, sino que lo hará cercano y presente en medio de todos, particularmente entre los más necesitados de la misericordia de Dios”.

En la ceremonia los nuevos ministros recibieron las vestiduras litúrgicas que usaran en el ejercicio de su ministerio diaconal y presbiteral.

Como primer encargo pastoral, el neo diácono fue enviado como misionero al Vicariato Apostólico de Caroní, mientras que al padre Johan se le encargó ser vicario parroquial en San Pedro Apóstol en La Palmita.

Al final de la misa, el presbítero Johan Chivata realizó una alocución para agradecer a Dios por los detalles de amor que ha tenido con su vida, llamándolo al sacerdocio. Agradeció también a su familia, a los obispos, y al seminario por la formación recibida.

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