El obispo de la Diócesis de San Cristóbal, Monseñor Mario Moronta presidió la eucaristía central con motivo de los 413 años del patrono del Táchira, el Santo Cristo de La Grita, momento en el cual agradeció a Jesús del rostro sereno el don de la salud.
“En los últimos 24 años he acompañado esta celebración y este año no podía ser diferente. Hoy quiero agradecer al Santo Cristo de La Grita por mi recuperación” dijo Monseñor al iniciar la homilía de la Misa Pontifical.
El obispo se refirió a la devoción cristiana que profesan los tachirenses, señalando que la religiosidad popular ha sido un instrumento y la mejor manera de expresar la adhesión a Cristo, quien se ha identificado con su pueblo y se hace presente en los peregrinos, en la gente que labra la tierra, en los que claman justicia, en los que sufren por necesidades espirituales y materiales.
Por ello invitó a los fieles, a los sacerdotes, a todos los bautizados a hacerse pobres de espíritu, como lo refiere la Sagrada Escritura en las bienaventuranzas “pues desde la pobreza, la humildad y la sencillez, Cristo realizó su servicio y nosotros debemos imitarle”.
Iglesia
Monseñor Moronta recordó que el Cristo del rostro sereno camina de la mano con la gente en sus luchas diarias y que esta celebración es una oportunidad de reafirmar la Iglesia que somos y la Iglesia que queremos seguir siendo “todo bautizado es miembro de la Iglesia y por eso todos estamos llamados a una actitud de servicio”.
“Pido a los sacerdotes que no tengamos miedo de ser servidores de verdad y que la gente encuentre en nosotros un modelo a seguir” dijo el Obispo. Señaló que la Iglesia no debe ser una estructura de poder, sino que debe acompañar y aconsejar a todos, debe fundamentar su acción en el Evangelio.