En un ambiente cargado de expectativas y urgente necesidad de cambio, la Conferencia Episcopal Venezolana ha lanzado una exhortación pastoral trascendental bajo el impactante lema “Caminar juntos con esperanza”. El pronunciamiento, realizado en el marco de la CXXII Asamblea Ordinaria Plenaria del Episcopado Venezolano, busca movilizar al pueblo venezolano en vísperas de unas elecciones cruciales programadas para el 28 de julio.
Rememorando los 125 años desde la consagración de Venezuela al Santísimo Sacramento, los obispos venezolanos emiten un llamado a la reflexión profunda y a la acción ciudadana en un momento de profunda crisis nacional. En un contexto marcado por la urgente necesidad de institucionalizar el Estado y promover la separación de poderes, el respeto a los derechos humanos, la reconfiguración del sistema educativo y la lucha contra la corrupción, la voz de la Iglesia cobra un papel crucial.
Bajo el telón de fondo de una sociedad afectada por la precariedad en servicios básicos como educación, salud y justicia, la exhortación pastoral invita al pueblo venezolano a abrazar su responsabilidad cívica y a ejercer su derecho al voto como un acto de transformación y cambio. En palabras elocuentes, los obispos recuerdan que la democracia no es solo un sistema político, sino un compromiso con el bien común y la dignidad de cada ser humano.
En sintonía con el Papa Francisco, quien ha alertado sobre los peligros de la indiferencia y ha animado a una participación política fundamentada en valores éticos y solidarios, la Conferencia Episcopal Venezolana insta a la ciudadanía a rechazar la pasividad y a asumir un rol activo en la reconstrucción de un futuro próspero y esperanzador para todos.
El proceso electoral del 28 de julio se perfila como una oportunidad única para Venezuela, donde cada voto representa un paso hacia la restauración de la democracia, la justicia y la fraternidad social. En este escenario incierto pero lleno de posibilidades, la invitación a caminar juntos, en unidad y respeto mutuo, resuena con fuerza como el camino hacia una Venezuela renovada y fortalecida.
Desde la bendición de los obispos de Venezuela, la esperanza se vislumbra en el horizonte, recordando al pueblo que el futuro está en sus manos y que, juntos, pueden labrar un destino de paz, prosperidad y dignidad para todos los venezolanos. (PrensaDiocesisSC)