En eucaristía solemne, presidida por el obispo Monseñor Mario Moronta, en el Santuario Diocesano de La Grita, recibieron el sacramento de la ordenación diaconal 30 hombres, quienes a partir de su ordenación están consagrados al servicio del pueblo de Dios y son, por lo tanto, una expresión de la gracia de Dios para con la Iglesia Local.
Miles de fieles venidos de las distintas comunidades eclesiales, asistieron a la invitación formulada por el Obispo Diocesano para acompañar este significativo acontecimiento, , un gran número de sacerdotes miembros del presbiterio diocesano. También, estuvieron presentes los dos iconos religiosos del Táchira, tallas originales del Santo Cristo de La Grita y Nuestra Señora de La Consolación.
En su homilía, Monseñor Moronta expresó que la ordenación diaconal “es una expresión de la gracia de Dios con la cual podemos experimentar de nuevo la acción del Espíritu Consolador, quien elige y consagra a los llamados. A la vez, es una bendición del Dios, Uno y Trino, que permite a nuestra Iglesia seguir mostrándose como sacramento de comunión y salvación”.
El Obispo resaltó que no se trata de un acto protocolar, ni tampoco la promoción de profesionales o gerentes de lo religioso. “Los Diáconos son llamados por el Señor, quien los asocia y configura a Él. La Iglesia también los llama. Luego de un adecuado y prudente discernimiento, confirma la llamada o vocación original; es decir, la que proviene del mismo Dios”.
El Diaconado Permanente
Monseñor Moronta explicó que, en la Sagrada Escritura, en el libro de los Hechos de los Apóstoles, capítulo 6, los diáconos aparecen como colaboradores de los Apóstoles. Desde los tiempos apostólicos y hasta los inicios de la edad media, se desarrolló el Diaconado como un ministerio estable en las Iglesias locales. A partir de la edad media hasta el Concilio Vaticano II, sólo se le consideró un paso necesario para acceder al Presbiterado. A partir de 1965, luego de la renovación eclesial, se tomó la decisión de instaurarlo como opción para los laicos y recibió la denominación de “Diaconado Permanente”.
“Al estar configurado a Cristo Servidor en el ejercicio de su ser sacerdotal, el Diácono actúa como testigo. Con su quehacer ministerial, se hace presente en medio de los suyos y así continúa la obra mediadora del Señor Jesús”. La vocación y acción del Diácono es servir a sus semejantes, en especial a los más vulnerables, acercándolos a la palabra y a la eucaristía, así como también ejerciendo la caridad y la solidaridad.
“Veamos en estos 30 nuevos Diáconos y su ministerio, el Rostro Sereno del Cristo de los Milagros, en cuyo nombre edificamos todos juntos el Reino de justicia, paz, libertad, reconciliación y amor. Que María del Táchira los proteja con su maternal intercesión” expresó el Obispo.
Gratitud de los neos diáconos y familiares
En nombre de todos los ordenados el Diácono Javier Useche agradeció a Dios por llamarlos. A Monseñor Moronta por su esmero en hacer posible la ordenación. Al obispo auxiliar Monseñor Ayala por su alegría y motivación y a todos los sacerdotes que les formaron durante cinco años y a todos quienes les ayudaron a alcanzar este ministerio y la configuración a Cristo.
También expresaron su gratitud a las esposas y los hijos que comprendieron y aceptaron acompañarlos en la vocación, comprometiéndose a dar ejemplo de familia como iglesia doméstica.
La Sra. Diana de Medina esposa del Diácono Eudys Medina, expresó su alegría por el llamado que recibieron los nuevos servidores, agradeció a Dios y en nombre de todas, agradeció a la Diócesis por haber guiado a sus esposos para alcanzar la ordenación ministerial. Se comprometieron a acompañarlos en todo momento en el camino que hoy inician.
Finalmente, el presbítero Johan Pacheco, hijo del diácono Ender Pacheco alabó a Dios por esta ordenación sacramental. (PrensaDiocesisSC)
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