Isnotú la tierra que vio nacer a un santo

Isnotú un poblado del estado Trujillo es tierra de sabios y santos, Desde el mismo momento en que se anunció la canonización de su hijo predilecto el Dr. José Gregorio Hernández las celebraciones no se han detenido llenando de luz, religiosidad y fe cada rincón de un pueblo latente que vibra con la gracia de Dios y la intercesión de sus santos.

El 19 de octubre se inició una nueva historia para Venezuela, dos ilustres hijos fueron elevados a los altares, Santa María Carmen Rendiles, quien durante toda su vida demostró templanza, tesón y servicio a la Iglesia, sacerdotes y formación educativa pese a su indisposición física y el médico de los pobres el Doctor José Gregorio Hernández un santo que siempre ha estado en el corazón de todos.

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Para el 1 de noviembre una vez más la feligresía colmó el santuario del Niño Jesús del Dr. José Gregorio Hernández con la celebración de la misa de Acción de Gracias presidida por el Nuncio Apostólico de Venezuela, monseñor Alberto Ortega, acompañado de un grupo de obispos del país.

Monseñor Alberto Ortega agradeció a través de una intrínseca meditación espiritual las recientes canonizaciones, las cuales deben ser para el pueblo de Dios un llamado a imitar las virtudes de estos hombres y mujeres que durante su vida entregaron todo por el amor al Todopoderoso.

“La Eucaristía es acción de gracias y hoy seguimos dando gracias a Dios por la canonización de San José Gregorio Hernández, también de la Madre Carmen Rendiles, los dos primeros santos venezolanos, a los que espero seguirán otros muchos, que nos recuerda que todos estamos llamados a la santidad. Isnotú, Trujillo, Caracas, Venezuela es tierra de santos. Como Nuncio Apostólico me alegra traer el saludo y la cercanía del Papa León XIV”.

En torno a la celebración con la misa de Acción de Gracias el Nuncio Apostólico reiteró que los dos santos venezolanos son paradigma y por ello, se deben seguir sus pasos para conseguir la luz de la esperanza solo dada por Dios.

“En esta fiesta, despierta en nosotros el deseo de ser como ellos, bienaventurados, dichosos, felices por vivir cerca de Dios; en su luz, en la gran familia de los amigos de Dios, con alegría y gratitud contemplamos la belleza de la vida cristiana”.

La celebración por la elevación a los altares de dos venezolanos ilustres quedó en el corazón de un país que desde ahora late con más fuerza desde Isnotú y de cualquier rincón donde Santa María Carmen Rendiles y San José Gregorio Hernández son el ejemplo más oportuno para transformar nuestra vida.

Prensa DSCVicaría Episcopal de Comunicación

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