DECRETO CONVOCATORIA DEL III SINODO DE LA DIOCESIS DE SAN CRISTOBAL

Desde los inicios de la Iglesia, se hizo sentir con gran fuerza la vivencia de la comunión. Con ella, se sentía la llamada a la unidad que hiciera el Señor Jesús. Ello fue motivando, guiados por el amor fraterno, que tanto los pastores como los fieles cristianos realizaran, a través de diversos medios, experiencias de comunión y participación a fin de cumplir con el mandato evangelizador dado por Cristo. En el libro de los Hechos de los Apóstoles (2,42-47), al presentarnos el modelo de toda comunidad cristiana, se pone de relieve la decidida importancia de la vida de comunión: ésta halla en la fracción del pan, la enseñanza de los Apóstoles, la oración y la vida común una especial manifestación, a lo que se añade el hecho de que nadie pasaba necesidad.

Esto inspiró a la Iglesia a desarrollar una mentalidad sinodal. Así, desde los primeros siglos, se fueron teniendo sínodos en cada Iglesia local: con ellos se iba fortaleciendo el sentido de comunión y participación que hacía posible que la unidad se consolidara.

El Concilio Vaticano II, con su espíritu de renovación, ha impulsado la iniciativa de que cada Diócesis realice sus propios sínodos. Con ellos, además de fortalecer la unidad de cada Iglesia local en comunión con la Iglesia Universal, se da impulso para el ejercicio de la evangelización, la edificación del Reino de Dios y la práctica de la caridad operante. A la vez, la invitación a la Nueva Evangelización, sobre todo con la llegada del Tercer Milenio, sirve como marco de referencia para la praxis sinodal en las diversas Iglesias locales del mundo. En nuestra patria, la culminación del Concilio Plenario de Venezuela, motiva también a que en cada Diócesis se pueda tener el Sínodo Diocesano para, entre otras cosas ,aplicar sus enseñanzas y decisiones.

La Ley Universal de la Iglesia presenta el Sínodo como un órgano de comunión y participación fundamental en la Diócesis, con el que se colabora con el ministerio pastoral del Obispo para el bien del pueblo de Dios (cfr. Can. 460). En nuestra Diócesis de San Cristóbal se han realizado dos Sínodos, convocado por el Siervo de Dios Tomás Antonio Sanmiguel Díaz, su primer Obispo, en junio de 1936. El segundo en el año 2007, llevado a cabo como fruto de un arduo trabajo marcado por Asambleas Diocesanas de Pastoral y el PROYECTO DIOCESANO DE PASTORAL, PARROQUIA PARTICIPATIVA, COMUNIDAD DE COMUNIDADES.  La celebración de este II Sínodo ha hecho posible impulsar la renovación de nuestra Iglesia local “en espíritu y verdad”.  En el camino andado hasta este momento, a través de cien años de historia eclesial, sentimos la necesidad de reforzar e incorporar, con sentido de sinodalidad, lo que la Iglesia nos pide hoy.

Habida cuenta de lo antes expuesto, tengo a bien el DECRETAR, como en efecto DECRETO:

1. Convocar el III SINODO DE LA DIOCESIS DE SAN CRISTOBAL, A PARTIR DEL 12 DE OCTUBRE DEL AÑO 2022.
2. Promover encuentros que nos permitan llevar a cabo ejercicios de comunión, escucha y discernimiento para aportar al presente y futuro de nuestra Diócesis.
3. Establecer una Comisión que pueda revisar, según lo establecen las nuevas normas de la Iglesia Universal, aquello que sea necesario en los ESTATUTOS SINODALES
4. Promover jornadas de estudio y oración para todo el pueblo de Dios en nuestra Diócesis, a fin de fortalecer la identidad de una Iglesia misionera, siempre en salida.
5. Reforzar el trabajo desarrollado e implementado en el PLAN DIOCESANO DE PASTORAL, el cual marca el camino que todos juntos debemos transitar para los años futuros.
6. Brindar aportes, según lo que establezca la Secretaría General del Sínodo de los Obispos, con ocasión de la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos «Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión», convocada por el Papa Francisco.

Dado en San Cristóbal a los 12 días del mes de octubre del año 2022, al conmemorarse el primer centenario de la creación de la Diócesis de san Cristóbal, y proclamado durante la solemne concelebración eucarística presidida por el Obispo Diocesano.

         +Mario Moronta R., Obispo de San Cristóbal

Por mandato del Sr. Obispo:

Pbro. José David Ramírez C., Secretario Canciller.